Jesús, que insiste en que se ha mantenido aislado durante tres días, ya había llamado la atención de las autoridades la semana pasada después de invitar a doce amigos a cenar el jueves por la noche, comiendo todos de la misma mesa.

La Policía ha efectuado la detención y sancionado a Cristo con treinta monedas de plata después de que Jesús se negara a regresar a su tumba, pues no se considera que la muerte prevalezca sobre el estado de alarma.

«¡Me da igual quién sea su padre! Todo lo que sé es que estaba deambulando por un parque público con tres amigos a primera hora de esta mañana e iba camino de encontrarse con otros», ha declarado el oficial Williams, responsable de la detención.

El arrestado intentó tranquilizar a los agentes insistiendo en que solo pretendía ir a casa de su padre con el objetivo de quedarse allí incluso si sus amigos le insistían para que volviera a salir, pero las reglas del confinamiento son claras.

«No me importa que prometa quedarse en casa de su padre miles de años si es necesario, no podemos hacer tratos de favor durante el confinamiento», insiste el agente.

«Le dije que si no volvía a su tumba lo crucificábamos y contestó que le daba igual, que no sería la primera vez”, denuncia. «Es que encima iba vestido con trapos de lino, suerte tiene de que no le estemos acusando también de escándalo público», concluye.

Al ser preguntado sobre lo ocurrido, Poncio Pilato ha asegurado que se está tomando muy en serio lo de lavarse las manos y que no está dispuesto a romper ese hábito ahora.